Me sorprendió una voz mientras estaba escondida en el callejón, era una voz de hombre. Me di cuenta de que no servía nada ya esconderme, pues estaba claro que se dirigia a mí. Estaba sopesando las dos opciones que tenía: quedarme quieta y que me pillasen o dar la cara y que me pillasen… El resultado iba a ser el mismo así que me armé de valor y salí.
- Me estaba escondiendo señor- Dije con la cabeza gacha.
- ¿Escondiendote? ¿De que se puede esconder una chica joven como tú en un callejón oscuro como este?
- Pues, verá usted, la verdad es que no se lo puedo contar- Y entonces fue cuando levanté la cabeza y vi que era un soldado- ¡No puede ser!
- ¿Cómo dices?- Me miro con la incertidumbre pintada en la cara.
- ¡Eres un soldado!- Le recriminé.
- ¡Vaya que si lo soy! ¿Qué problema…- De repente su cara pasó al asombro- ¿Tú eres la chica que buscan por brujería verdad?
- ¿Y que si lo soy?
- Bueno, que en ese caso deberías esconderte mejor.
- ¿Cómo dices?- Eso me había dejado totalmente descolocada.
- Mira hagamos una cosa, quedate aquí hasta la medianoche, entonces pasaré a recogerte y podras esconderte en mi habitación, allí nadie te buscara, te lo garantizo- Me dedicó una sonrisa deslumbrante.
- ¿Y que ganas tú con eso?
- Nada, pero no puedo dejar a una chica sola en estas calles.
- Oye, que ya soy mayorcita. Pero de todas maneras te lo agradezco… esto… ¿Cómo te llamas?
- Takeo- sonrió- ¿Y tú?
- Hikari. Esperaré aquí hasta medianoche. Y de verdad muchas gracias.
Así se fue, y casi lo prefería. La verdad es que nunca había conocido un militar que pusiese en juego su empleo por una chica condenada, él debía ser la excepción. Era un chico atractivo, moreno, alto me parecía que tenía los ojos verdes pero con esa luz, no estaba muy segura.
Me volví a esconder donde él me dijo que me quedara, con la esperanza de que no viniese ninguna otra persona a perturbar mi descanso. Con las mismas cerré los ojos y me dormí.
Cuando desperté estaba tumbada en una cama y arropada, cuando fui consciente de que no conocía esa habitación levanté las mantas para ver si estaba vestida, gracias a Dios así era. Busqué con la mirada para ver si el chico estaba allí, pero non había nadie, estaba sola. Un gruñido me alertó y me escondí debajo de las mantas, a continuación me di cuenta de que solo era mi estómago, que se quejaba por la falta de alimento. Me levanté para ver si había una palangana con agua en algun lugar para asearme un poco pues iba hecha un asco y entonces vi que había un plato con un trozo de pan y una jarra de agua encima de una mesa, con una palangana y una toalla al lado. ¡Vaya! Este soldado era muy amable. Salí casi corriendo desde mi posición hasta la mesa, al otro lado de la habitación y me dispuse a comerme el trozo de pan. Entonces se abrió la puerta.
- Veo que ya te has levantado.
Ola barbarita!!!!
ResponderEliminarMe mola la historia, por ahora la cosa pinta bien. Siguee scribiendo que yo seguiré leyendo ^^
Besooooos XD
Gracias Sarita ^-^
ResponderEliminarMañana, si puedo subiré otro capitulo ^^
Besooosss
wiiiiiiiiii que historia tan graciosa
ResponderEliminarLa historia esta muy bien , pero por que mira si esta vestida??? piensa que la han violado o como es esto??? -D
ResponderEliminarGra... graciosa?? LOL
ResponderEliminarBasicamente es eso, Hikari es demasiado desconfiada, le cuesta confiar en la gente. No más.