Me di la vuelta. Era Takeo. Cerró la puerta y me entregó un paquete.
- ¿No has comido?
- Me acabo de levantar, iba a empezar ahora mismo.
- Genial entonces. Ese paquete es algo de ropa que he pensado que te podría hacer falta.
- Gracias- me quedé mirandole- ¿Puedo hacerte una pregunta?
- Por supuesto. Dime.
- ¿Por qué me ayudas?
- ¿La verdad?- asentí- No tengo ni idea, simplemente algo me dijo que lo hiciese, y lo hice.
- Bueno, te lo agradezco de veras, en serio.
- No hay de que. Ahora me voy a marchar al cuartel. Quedate aquí dentro y no salgas para nada, ¿vale?
- Por supuesto. Lo que tú me digas, Takeo.
Se marchó al cuatel y me quedé allí sola. Comí lo que me había llevado y me aseé, después abri el paquete, era un precioso vestido color azul cielo. ¡Qué buen gusto tenía este chico! Me lo puse, y me senté al lado de la ventana, por detrás de la cortina, par que nadie me reconociese. Así pasaron un par de horas y no sé como, pero me dormí.
Me desperté sudando y llorando. Había vuelto a soñar con aquel día…
Me había levantado temprano para salir a dar de comer a las gallinas y ordeñar a las vacas, y cuando llevaba la mitad del trabajo hecho cayó a mis pies un pajarillo. Teníaun ala rota y no podía volver a echar el vuelo. Me dio tanta pena, que hice lo que hacía a veces con las gallinas y las vacas, usé mi “don”. Miré a todos lados segura de que nadie me podía ver y me dispuse a usar mi don. Cuando hube curado al pajarillo, oí un grito sordo que provenía del otro lado de la calle. Giré la cabeza hacia allí y allí estaba Rebecca.
- Bru… Bruja… ¡Eres una bruja!-Se puso a chillar como una posesa.
- ¡Callate imbecil! No soy ninguna bruja.
- Sí que lo eres, yo te he visto.
- Pues has visto mal, idiota.
- Voy a ir a mi cas y contarselo a mis padres, para que te denuncien al Santo Padre.
- ¡No! ¿Pero qué estas diciendo? ¿Acaso quieres que me maten?
- Me da igual, eres un peligro.
Se marcho corriendo para su casa y yo no hice nada para impedirlo. Me di la vuelta y seguí con mi trabajo. Al cabo de una hora vinieron los guardias a llevarme ante el Santo Padre y mi delatora. Me llevaron a
- Hikari, esta muchacha ha hecho acusaciones contra ti que pueden ser muy duras para una jovencita. ¿Son ciertas?
- ¿Qué acusaciones?- Puse cara de quien no sabe nada.
- Te ha acusado de brujería. ¿Es cierto?
- ¿Brujería? Por supuesto que no, Padre. Esta muchacha se lo inventa todo.
- ¡Mentira! Eres una bruja, yo lo he visto. Lo puedo jurar ante las Sagradas Escrituras si es necesario- Entró por la puerta el Comisario.
- Si está dispuesta a jurarlo, se celebrará un juicio, si a vos, Padre, os parece bien.
- Por supuesto, es una acusación muy severa y debemos quitarnos este problema de en medio cuanto antes.
Esa misma tarde se celebró el juicio, no fui capaz de jurar ante las Sagradas Escrituras que no tenía poder alguno, y me condenaron a morir quemada justo al día siguiente.
Dormí en uno de los calabozos de la prisión y al día siguiente, al llevarme a la hoguera, me escapé. Salí corriendo de la aldea si ninguna dirección, simplemente huyendo.
Así fue como llegué aquí y Takeo me encontró.
La puerta se abrió de golpe.
- Corre, estamos en peligro.
Olita vecinita ^^
ResponderEliminarMe está gustando mucho la historia, de verdad, aun que... pero mira que es chivata la Rebeca esa, eh ¬¬
Pobre Hikari... en fin, menos mal que se ha encontrado con ese pedazo de hombre que es Takeo JEJE
jajjaa
ResponderEliminareso e slo bueno que tiene la Rebecca xDDD
me alegro de q te guste ^_^
mmm como se puede dormir alguien mientras esta detras de unas cortinas??? yo lo he hecho ninguna vez, que no es poco, y es bastante dificil. Sobre rebecca... no se merece ningún comentario, tan solo que me cae un poco mejor que cindy, asi que la cosa va asi:
ResponderEliminar1ª Mi profesor de lengua
2º el cabra
3º El maldito pez volador
4ª Cindy
5ª Rebecca
Y la lista sigue... hasta el 999 (Batman, me cae como el culo xD)
que penita la rebecca es un poco mala persona no?
ResponderEliminarCindy??? La de la historia de J?
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